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 SALVAVIDAS DEL HAMBRE

Largas colas pero que tienen su recompensa, matar el hambre de los jóvenes estudiantes.

El estudio universitario es una actividad que alimenta la mente pero que también cansa al cuerpo, son varios los estudiantes que se levantan a tempranas horas para llegar a sus centros educativos, madrugando al mismo estilo de Rocky Balboa antes de una pelea. Pero, asimismo, son una gran cantidad de alumnos quienes viven lejos de su centro educativo, lo cual ocasiona que no tengan tiempo para tomar desayuno o regresar a su casa a almorzar, y sin contar cuanto se gasta en un plato que mantenga su cuerpo con energía en su día de estudios.

Generalmente este problema se hace presente en los estudiantes de universidades públicas y felizmente estas instituciones no se quedan atrás para implementar métodos que brinden apoyo a las necesidades de sus alumnos. Estos métodos son los ya conocidos comedores universitarios.

Comedor de Ciudad Universitaria

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Fundado el 19 de junio de 1980 y vigente hasta el día de hoy, el Comedor de Ciudad Universitaria, perteneciente a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), es el comedor estudiantil con mayor reconocimiento en Perú. Luego de 4 décadas de funcionamiento, sigue siendo el alivio alimenticio de la institución.

El sistema que se implementa para mantener un orden es mediante tickets para recoger las bandejas que contienen los alimentos, dichos tickets se pueden recoger desde las 7:30 a.m. para solicitar un almuerzo y desde las 2:00 p.m. 

para solicitar una cena, mientras que para el desayuno no es necesario recoger un ticket.

 

Para el estudiante de genética y biotecnología, Daniel Garbozo, la rigurosidad con la que la universidad maneja la entrega de comida, es la adecuada. Pues es necesario que los alumnos cuenten con el carnet vigente para poder acceder al proceso ya mencionado, como así también contar con su DNI, el cual es escaneado para identificar completamente al estudiante. Finalmente tienen que recoger una charola con los alimentos correspondientes, buscar un sitio disponible para sentarse y al fin poder satisfacer su apetito.

No todo es color de rosas

Pese a que es un gran implemento en beneficio de la alimentación de los estudiantes, si existen ciertos inconvenientes al momento de entrar a este comedor. Por la misma naturaleza de ser un servicio gratuito la cantidad de alumnos que acuden a el, es masiva. Esto genera colas que se asemejan al tamaño de dos cuadras lo cual lo convierte en un suplicio para las personas impacientes o quienes tienen el riesgo de llegar tarde a su clase, por lo tanto la tentativa de “pasarse de vivo” y buscar meterse en una posición más adelante esta presente. 

 

“Algunas personas a veces se meten, pero los sacamos rápidamente haciendo bulla y reclamos entre los demás miembros de la cola”. Son las declaraciones del alumno Garbozo sobre estos incidentes.

También existe una disputa entre si la comida tiene buen sabor o solo esta cocinada para cumplir con el servicio, como también la cantidad de la misma varia por días, en algunos les sirven regular y en otros poca.

Por último, un dato curioso pero que no puede pasar por desapercibido, cuando toca servir tallarines a los estudiantes se les entrega cuchara y no tenedor, por más gracioso que suene esto.

Puede que existan inconvenientes para que estos comedores no sean usados por algunos estudiantes que sí cuenten con facilidades económicas para solventar un alimento fuera de la universidad, pero para el estudiante con menos recursos, que no encuentra tiempo ni para comer un pan en su casa y tiene que afrontar un día que va a consumir sus energías, estos lugares son un alivio para su hambre.

Reportaje por: André Loyola

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